Es posible que el enunciado
de este artículo te sorprenda. ¿Pueden los tomates ayudarnos a resolver el
problema de las venas varicosas? Aunque no van a solucionarlo por
completo, lo que sí van a conseguir es reducir la inflamación y
el dolor.
Como ya sabes, el problema
de las varices más gruesas y llamativas solo puede desaparecer mediante una
intervención quirúrgica. Ahora bien, los tomates pueden ser unos buenos
aliados si buscamos reducir la presión y bajar la hinchazón.
Te invitamos a descubrir
toda la información en el siguiente artículo.
Tomates para tratar el dolor y la hinchazón de
las venas varicosas
En ocasiones, los remedios
más sencillos y naturales son los más eficaces. Seguro que, en más de una
ocasión, cuando has llegado a casa con las piernas cansadas y las varices muy
inflamadas te has visto obligada a darte una ducha fría y a tomar
algún fármaco.
Las venas varicosas o la
insuficiencia venosa se dan tanto en hombres como en mujeres. Los factores que
determinan su aparición son múltiples, desde simple herencia genética hasta los
habituales problemas de circulación.
Las válvulas
unidireccionales en las venas de la pierna impiden que la sangre vaya de forma
tan fluida y normal hacia el corazón. No hay un retorno venoso óptimo, y las
venas se inflaman.
La sangre acumulada ocasiona
dolor, presión y un molesto hormigueo.
Podemos llegar a situaciones
más serias, cuando dicha acumulación de sangre ocasiona coágulos y cambios en
el color de la piel.
Veamos ahora por qué los
tomates pueden ayudarnos a reducir estas molestias.
El tomate es rico en licopeno
El tomate es rico en un tipo
de carotenoide llamado licopeno. Este poderoso antioxidante tiene como
principal virtud actuar como un excelente antiinflamatorio.
Investigadores del INRA de
Marsella (Francia) han realizado diversos estudios donde se concluye que
gracias a este tipo de antioxidantes que contienen los tomates se reduce
la producción de citocinas y quimiocinas, dos moléculas que propician la
inflamación.
El licopeno mejora la salud
cardíaca y, por tanto, la buena circulación sanguínea.
Los beneficios del licopeno
pueden obtenerse bien consumiendo los propios tomates o incluso aplicándolos de
forma externa, es decir, sobre la piel.
Los tomates actúan como un anticoagulante
Seguro que más de una vez habrás notado un ligero escozor cuando tocas
la pulpa del tomate. Es muy ácido, en especial, sus semillas, ahí donde
se contienen sus mejores propiedades para tratar el problema de las
venas varicosas.
·
Investigadores del Instituto de Investigación Rowett, en Escocia,
descubrieron los beneficios de los tomates para combatir la formación de
coágulos, ese problema tan común en personas con problemas vasculares.
·
Las semillas de los tomates y la pulpa de su alrededor contienen una
sustancia que actúa como potente antiagregante
plaquetario.
·
Si consumimos 4 tomates diarios, según este estudio, evitaríamos la
formación de coágulos en hasta un 72 por ciento y mejoraríamos, además, el retorno
venoso.
Tratamiento con tomates para reducir el dolor
de las venas varicosas
Puedes utilizar cualquier tipo de tomate, no obstante, existe una
variedad de tomate verde muy adecuado para utilizarlo en este tipo de
tratamientos externos. A pesar de que tengan este color están maduros y
resultan muy saludables.
Deberás seguir los siguientes pasos:
·
Lava bien el tomate y córtalos en rodajitas finitas.
·
Aplica estas láminas de tomate ahí donde tengas las venas varicosas.
Seguidamente, venda la zona para que nuestro tratamiento pueda llevarse a cabo
dejando que la pulpa y las semillas de los tomates reduzcan la inflamación.
·
Evita apretar las vendas. Se trata solo de que “sujeten” y se mantengan
en el lugar correcto.
·
Intenta relajarte al menos 20 minutos, o hasta que el “ardor” te lo
permita. Piensa que esta pulpa de tomate está actuando como una especie
de aspirina externa.
·
Pasados 15 o 20 minutos retira el vendaje y date una ducha en las
piernas con agua fría para reactivar aún más la circulación.
Puedes realizar este tratamiento dos veces al día. Notarás un notable
alivio y, si te acostumbras a hacerlo de forma regular, mejorarás tu calidad de
vida.
No obstante, ya sabes que esto es solo un tratamiento
paliativo y que nunca va a resolver el problema de las venas varicosas.
Recomendaciones complementarias
Eleva tu consumo de omega 3 y omega 6. Este tipo de ácidos grasos nos
ayudan a combatir la inflamación. Puedes encontrarlos en lo siguientes
alimentos:
·
Aguacates
·
Salmón
·
Sardinas
·
Anchoas
Nueces
Aumenta también tu dosis de vitamina E. Gracias a ella mejorarás la
circulación de la sangre, la oxigenación y evitaremos también la formación de
coágulos. No dudes pues en consumir:
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Perejil
·
Espárragos
·
Kiwis
·
Frutos secos
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Avena
·
Aceitunas
·
Trigo sarraceno
Por último, otro mineral que no debe faltar en tu nutrición
diaria es el selenio. Gracias a él evitamos el endurecimiento de venas
y arterias. Toma nota de qué alimentos deberías tener en cuenta:
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Carne de pollo y de pavo
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Atún
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Almejas
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Mariscos
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Mejillones
·
Almejas
·
Cacahuetes
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Arroz integral
·
Chocolate puro y sin azúcar
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Garbanzos
·
Lentejas
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