La hipertensión arterial o
la retención de líquidos son dos de las causas más habituales por las que nos
vemos obligados a reducir el consumo de sal, pero lo cierto es que hay muchas
personas que querrían reducir su consumo porque saben que no se debe abusar de
ella, pero que tampoco quieren renunciar a una comida sabrosa.
En este artículo te
explicamos algunas cosas importantes a la hora de elegir la sal, así como las
alternativas saludables que te permitirán reducir su consumo sin renunciar al
sabor de una buena comida.
LA SAL MÁS SANA
Generalmente nos referimos a
la sal en general, pero sin embargo es muy importante que podamos diferenciar
que, igual que tenemos azúcar blanco y azúcar integral, también tenemos una sal
refinada y una sal integral. La sal refinada se conoce habitualmente como sal
de mesa, y simplemente es cloruro de sodio procesado sin ningún nutriente más,
y además suele contener aditivos como anti aglomerantes. En cambio, la sal
integral contiene todas las vitaminas y minerales, ya que no ha sido refinada.
Y de hecho tiene una textura y sabor distintos.
LA MÁS CONOCIDA Y
BARATA ES LA SAL MARINA, PERO TAMBIÉN PODEMOS ENCONTRAR OTRAS:
Sal rosa del Himalaya
Sal roja de Hawái
Sal negra de Hawái
Sal celta
Sal azul persa
En realidad, estas sales
tienen diferentes tonalidades porque no han sido depuradas, y por eso son mucho
más saludables. Cualquiera de ellas que podamos conseguir será igual de sana y
no hay necesidad de buscar las que sean más caras.
Todas estas sales se
asimilan mucho mejor en nuestro organismo que la sal refinada, por lo que con
pequeñas cantidades obtendremos mayores beneficios.
AGUA DE MAR
El agua de mar se comercializa en algunas tiendas de productos naturales y supermercados no sólo para usarla en la cocina sino también por sus increíbles beneficios terapéuticos. No sólo no aumenta la presión arterial, sino que nos ayuda a regularla y eliminar líquidos de nuestro organismo. Funciona como equilibrarte, y por ello será siempre nuestra primera opción. El agua de mar nos permite salar:
Sopas, cremas o guisos,
sustituyendo una parte del agua por agua de mar
El agua de cocción de pastas
y arroces
Ensaladas y platos fríos,
añadiendo el agua de mar al condimento o vinagreta
Jugos vegetales y gazpachos
Masas saladas, como panes o
pizzas
Incorporaremos siempre el
agua de mar a nuestra alimentación de manera progresiva, ya que también tiene
efectos laxantes que pueden ser fuertes si la tomamos de golpe en gran
cantidad.
ESPECIAS
Las especias saborizan
nuestros platos y nos permiten añadirles menos sal. Algunas de las más
habituales son:
Orégano
Albahaca
Pimienta
Comino
Curry
Pimentón
Perejil
Además la mayoría de ellas
tienen también propiedades digestivas. Es decir, además de condimentar los
platos nos ayudan a digerir mejor los alimentos.
Algunas las podemos usar
incluso frescas, que son todavía más aromáticas.
Podemos elaborar una
sencilla sal de hierbas moliendo hierbas aromáticas con sal marina, y conservando
esté preparado en un frasco de cristal bien cerrado.
EL AJO
El ajo es un excelente
alimento y con un sabor fuerte. Aunque a muchas personas no les gusta porque no
lo digieren bien o les provoca mal aliento, si lo usamos en pequeñas cantidades
para condimentar realzaremos el sabor de los platos.
También podemos añadir unos
dientes de ajo a una botella de aceite de oliva, dejarlo macerar un par de
semanas, y usarlo en todo tipo de platos.
EL LIMÓN
El limón es ideal para
aliñar ensaladas y platos de carne y pescado. No sólo porque potencia el sabor
y nos evitamos añadir tanta sal, sino también porque nos ayuda a digerir mejor
las grasas y a asimilar mejor los nutrientes. En casos de anemia, por ejemplo,
la vitamina C del limón nos ayuda a absorber mejor el hierro de los alimentos.
EL VINAGRE
El vinagre es otro alimento
que realza el sabor de la comida y también nos ayuda a digerirla, pero debemos
usarlo siempre en pequeñas cantidades, especialmente si sufrimos de acidez o
úlceras gástricas, ya que podría provocarnos más ardor.
Recomendamos especialmente
el vinagre de manzana y el vinagre de umeboshi, eligiendo siempre los que sean
de buena calidad, fermentados naturalmente.
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