Este tubérculo de sabor dulce esconde increíbles propiedades para
nuestra salud. Entre ellas, es un gran depurativo del hígado, reduce la
hipertensión, combate el estreñimiento y nos da mucha energía.
Descubre en este artículo por qué deberías consumir remolacha cada día y
de qué maneras puedes hacerlo para ir variando las recetas.
La remolacha
La
remolacha, también conocida como betabel, es un vegetal cuya parte más
consumida es la raíz aunque, como explicaremos en este artículo, también
podemos consumir los tallos y las hojas. Contiene cantidades importantes
de vitamina B y C,
minerales como el potasio, el hierro, el sodio o el magnesio y fibra.
Beneficios para la salud
·
Combate la anemia y los estados de cansancio y
agotamiento gracias a su contenido en magnesio y hierro, principalmente. Es
ideal en casos de recuperación y convalecencia.
·
Reduce naturalmente la hipertensión arterial.
·
Tiene propiedades antiinflamatorias.
·
Es un alimento muy depurativo que nos ayuda a limpiar la sangre
y el hígado. También favorece la eliminación de las toxinas ambientales
que entran en nuestro organismo y dañan directamente el hígado.
·
Reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
·
Es un gran anticancerígeno, como la mayoría de alimentos de
color morado.
·
Su alto contenido en fibra favorece el tránsito intestinal de
manera natural.
¿Cómo la comemos?
·
Guisada: A quienes no disfrutan especialmente del sabor dulce de la
remolacha, les recomendamos añadirla cortada a dados pequeños en cualquier tipo
de guiso de verduras, legumbres o carne. De esta manera, su sabor pasará más
desapercibido y, en cambio, nos beneficiaremos de sus propiedades.
·
Cocida: Para
cocer la remolacha debemos lavarla muy bien, para no tener que pelarla hasta
que esté cocinada. También dejaremos un trozo del tallo. Si seguimos estos dos
consejos, conservaremos mucho mejor los nutrientes, el color y el sabor. Es
probable que las tengamos que cocer aproximadamente una hora para
conseguir una textura tierna.
·
Cruda: Los amantes de la remolacha en estado puro disfrutarán de ella
comiéndola cruda en ensaladas o como guarnición. Como es bastante dura, podemos
rallarla, lo cual también dará un bonito color a nuestros platos. También la
podemos añadir a postres, como bizcochos o yogures.
·
En jugo o batido: Una receta deliciosa y original consiste en incluir la remolacha
en nuestros jugos y batidos. De este modo nos
beneficiamos de sus nutrientes crudos y no tenemos que masticarla. La
podemos combinar con manzana, plátano, frutos rojos, fresas, etc.
No tires las hojas
Si compramos remolachas naturales o ecológicas, es posible que
vengan con sus hojas. Para aprovechar al máximo los beneficios de las
remolachas puedes utilizar también estas hojas, que en realidad son la parte
de este vegetal que se consumía antiguamente. Solo tienes que lavarlas bien y
las podrás incluir en tus jugos, batidos, guisos, tortillas o ensaladas.
Las hojas de la remolacha son ricas en vitamina A, C y K y
minerales como el calcio y el hierro.
Cura para la mujer
El
jugo de remolacha es un antiguo remedio muy eficaz para tratar irregularidades
menstruales y menopausias prematuras. En ambos casos, se
recomienda tomar diariamente un vaso de jugo de remolacha en ayunas, durante el
periodo que dure el malestar.
La sopa rusa
Hay
una receta tradicional rusa que todavía es popular hoy en día, ideal para
combatir el frío típico del país: La sopa Borscht o sopa de remolacha.
1.
Se prepara un sofrito con cebolla y
remolacha, cortadas a trozos pequeños.
2.
Cuando ya están tiernas, después de unos 7
minutos, se le añade caldo de verduras.
3.
Se cocina a fuego lento durante 15 minutos.
4.
Se le añade col fresca, cortada muy fina,
perejil, vino de Jerez, sal y pimienta al gusto.
5.
Según la receta tradicional, se le puede
añadir también crema agria o fresca.
Un colorante natural y vegetal
Como
curiosidad, de la remolacha se extrae el colorante granate que se usa en muchos
alimentos. También se conoce como el aditivo E-162 o betatinay no
es perjudicial para la salud. En cambio, hay otro colorante rojizo, conocido
como E-120, que procede del extracto de un insecto, la cochinilla. Aunque
no es peligroso, sí que puede causar más fácilmente algunas reacciones
alérgicas.
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